Es decir que sí, paso a paso
Construyen
imperios innecesarios, su gloria
que
muere al final del día, sus tumbas y ayes
ocultos
en la sombra más espesa, sin mensaje
al
mediodía, y la angustia de saberse muertos,
era
otra palabra la necesaria, otros caminos.
En
mi hogar, mundo de amores y poemas,
encontré
unas huellas, Jesús y sus hermanos,
mis
hermanos, marchando conmigo, ellos sí
fueron
justos, no reprocharon mi rebeldía
y
salí con ellos: “Gracias, Señor, te bendigo”.
Una
vez más uno que aprende con sus luchas,
un
paso cada vez, una lección, los que llegan,
y
me sentí distinto, algo raro pero tranquilo,
ser
de los que deciden la Historia, su crema
por
defender al Hijo del Hombre y sus derechos.
Eso
lo marca a uno, saberlo cerca y amoroso,
tal
vez no sean mi inteligencia y experiencia
sino
algo misterioso, un milagro que promete,
¿y
estas palabras?, se las dejo, son para Él solo,
me
conformo con amarlo y que me diga hermano.
No
se puede ser indiferente con el amor, duele
que
lo único valioso siga de largo, que no mire
el
hogar, aunque no maldiga, silencio de muerte
que
se siente, amarguras sin nombre, hipócritas,
¿no
ven que serían con uno el milagro y la dicha?.
Será
que uno no pierde el tiempo discutiendo,
o
será que uno quiere lo mejor, amor y vida,
¿qué
hice, por qué Jesús presente?, ¿me miró
y
comprendiendo su dulzura fui cortés y atento?,
a
muchos pasa que ni caen en cuenta, pobrecitos.
Mi propósito personal
De
la manera en que pueda, hombre de barro soy
y
no le importa, nunca ha sido así con sus fieles,
Él
que salió del Padre Eterno, con solo su amor,
llegó
y que lo acompañaran, el mensaje que dejó,
entonces
escucho, entiendo y digo, ¿será eso amor?.
Esta
ofrenda mía, lo único que tengo valioso,
es
todo en mi vida, con ella me acerco y pido
que
nunca nos separemos, seré feliz a su lado
y
no necesito más, pero hombre de barro soy
y
a veces, por cansancio, pienso en otras cosas.
Lo
mejor es confiar, que es grande y poderoso,
muchas
veces no digo nada porque me conoce
y
espero, que los días no sean grises, que la luna
tenga
muchas estrellas, que el camino vea claro
y
que no me deje solo, sin Él desfallezco y muero.
Me
creyeron capaz de muchas cosas, ¡qué va!,
no
podría ni levantarme por las mañanas, aterrado
me
escondería debajo de mi almohada y lloraría,
pero
soy feliz porque veo sus huellas en el suelo,
¡todos
los santos días!, con su palabra y mis pasos.
Esperemos
un poco, me digo, Él sabe lo que hace,
y
será un misterio, será que no me fijo o corro,
¿habré
dejado para después?, mal hermano digo,
pero
es mi lucero matutino, yo su cachorrito
y
nos parecemos en la risa, en los buenos días.
Le
voy a dejar siempre que disponga, confiado
en
estas cosas de hermanos, deberes y palabra,
haré
y sucederá lo que sea, pero ya no importa,
eso
lo dejo en un segundo plano, ¿será cierto,
Jesús,
hermano mío, que ya no puedo con mi vida?
La verdad de todos
La
guerra y la paz, hambre, dolor y confusión,
no
quisiera tener que decirlo, es feo todo eso,
pero
no encuentro otra salida, no me atrevo
a
dejar las cosas como están, ¿valdrá la pena?,
¿será
que mi esfuerzo y amor tienen sentido?.
Sería
como arar en el desierto, sería más sed,
sería
un horizonte que no termina, la ilusión
de
los oprimidos, de los débiles y los ciegos,
en
un hombre sin salida como ellos, mentiría
como
todas las promesas que hacen siempre.
Tú,
Señor, sabes esto y más no me extiendo,
en
tus manos sin más salida que servirte
pienso
si somos gratos al acercarnos orando,
me
digo que no sería justo aprovecharnos
y
quiero el sacrificio que amoroso enseñaste.
Esas
cosas se piensan con cuidado, ¿otro poco
sin
emprender la marcha, lejos de lo que haces?,
si
no tenemos más qué hacer, si el tiempo pasa
como
una tormenta, no eres quién para esperar
mientras
reyes y esbirros hacen de las suyas.
Así
que te pido ayuda y consejo para todos,
que
aprendamos el sacrificio siendo hermanos,
no
eres una esperanza más que olvidemos pronto,
y
nos invitas a tu casa, nos pescas y sostienes,
pero
que aprendamos de ti honrando al Padre.
Eras
desconocido cuando te acercaste, manso
como
cordero de santo sacrificio, te entregaste
y
a pesar de la salvación aún hay quién te niegue,
¿será
mejor que nos limitemos a nuestro sacrificio
para
que aprendan todos y cada cual decida?
Esperamos tu presencia
Dónde
haya uno compasivo allí te encuentro,
los
dolores de la gente, frustraciones y pesar
son
motivo para hablar, y ¿quién hace algo?,
eso
no interesa sirviendo las riquezas, ídolos
dizque
populares, malditos sueños de placeres.
No
me acerco porque no encuentro algo útil,
eso
será para el que lleva tiempo consagrado
y
no lo acepto, no basta con mirar esperando,
dizque
tú, Salvador mío, prefieres al que sufre
y
puedo estar tranquilo, ¿qué problema busco?
Si
quiero me acerco y les hablo, ¿no me aleje
como
soldado de su bandera?, ya que lo dices
pero
es duro y no veo cómo sea provechoso,
solo
tú que tan grande eres, me darás la luz
para
no ir por la vida como animal o cosa.
Esta
vez quiero una sonrisa en los tugurios,
una
de ilusión, sin mis chistes, ¿no entienden?,
los
veo serios, regando el suelo con su llanto
me
dejaron solo y así nada puedo ¿qué piensan?,
¡oh,
no sabía!, es confiada oración por su héroe.
No
espero tanto como salvarlos, tu mensaje basta
para
que haya risas con sus lágrimas, y algún día
tal
vez tu rostro encontremos, tal vez un niño vea
con
tus palabras lo que dijiste diciéndonos amor,
eso
es todo, pero ¿qué hacer, qué pensar y decir?
Una
idea ronda por mi mente, es creer que estás
entre
los que viven sin consuelo, que están solos
porque
los dejaron solos, condenados a tu cielo,
a
tu pan y sacrificio, al olvido porque no gusta
acercarse
al que sufre y como él rezar llorando.
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