I
Me
dijo que le hablara y lo hice sin dudar,
entendiendo
el fuego que crecía fui caricia,
fui
generoso, tierno, dulce y puro, el hermano
que
no quiere el frío y que muera la promesa.
Una
vez solitarios nos conocimos en detalle
sin
preguntas ni respuestas, beso y caricia
aprendiendo
de nosotros, ¡oh, qué delicia!
en
la tierra el paraíso, amor es y su fuego.
II
Yo pensaba
que una vida no se esconde
si
está en crecimiento, pero ¿lo verá ella?,
como
guerrero con su coraje no pregunté
y me
acerqué, era el encuentro amoroso.
A mí
me gusta que me mimen y me reciban
con
caricias, y si quiero ayuda son besos,
que
me contenga con brazos y piernas
cariñosa,
para estar juntos hasta el fin.
III
¿Sabes
amada mi sonrisa si te miro?,
si sabes
que pensaba en tu misterio
sabes
que no me voy de tus caminos,
sin
haber vivido lo que hoy no entiendo.
Tal
vez me canse buscando lo que eres
pero
aquí dormiré, mientras tú me besas
para
que soñando contigo sonría en sueños,
¿será
eso todo?, sí y es nuestro el milagro.
IV
Estoy
en mundo extraño sin preocuparme,
descanso
y crece mi pasión, no estoy solo
pues
una dicha así con dos sucede, pienso
que
mi fuerza guarda ella en su jardín de amor.
¡Qué
países, qué lugares viví en sus manos!,
¿cómo
sería el viaje, cuáles alas que no le ví?,
¿o
sería que en su alfombra escondida viajé?,
cuando
llegue la mañana miraré lo que pasó.
V
Yo no
sabía los caminos, era solo con mi fe
y mi
sed, bebiendo de su boca para no morir
decidí
conquistar el mundo, que fuera mi reina
con
mi fuerza, ¡oh, profetas que veis paraísos!.
En
una fresca mañana el amor sonríe feliz,
y
dice que esas historias secretas no olvide,
uno
como pensando tantas cosas lejanas
lo
promete, y está seguro de otras noches.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario