Será Jesús el que me diga las cosas
Será
mi palabra una senda y habrá quién la siga,
seré
el que cante en una fiesta y reirán algunos,
además
podría mandar para que vivan y mueran,
pero
eso no me quita el deber de la obediencia,
a
ti Señor, hermano mío, y a nuestro Padre Santo.
No
discuto tus preceptos aunque no los entienda,
pero
eso es otra cosa distinta al sacrificio tuyo,
aunque
era perfecta tu obediencia te sacrifican
y
quieren que olvidemos tu ejemplo, no la ley
sino
el corazón que te conocieron, vida nuestra.
Dame,
por favor, luz para entender un detalle,
si
eras Rey, con tu ciencia y poder conocidos,
¿por
qué te niegan y matan delante de todos?,
¿por
qué la idea que así acaban sus problemas?,
¿sería
que su vida era demencia, encadenados?.
Si
es así no hay porque escuchar ni seguirlos,
esa
gente que se asusta con tu santo corazón,
que
no puede ni pensarlo sin dar la espalda
condenando
lo que hiciste, tu ejemplo vivo
que
no muere porque estás vivo y lo sostienes.
Para
qué pedir un cambio en lo que deciden,
si
no pueden con tu enseñanza, solo imagen
con
que no tapan sus pecados, no los condenas
pero
el hombre en su mundo desconfía y huye,
si
con mentira el crimen reina, mejor será lejos.
Por
todas estas cosas que te digo, hermano mío,
y
sin temor porque confío, te ruego compadezcas
a
tus pequeños, ponen en ti confianza y sueños,
tratan
de ser hermanos aunque los desprecien
y
te imitan en lo que pueden alegres con tu gloria.
Solo a Jesús necesito
Puedo
estar aquí y sentirme muy bien, satisfecho
sin
que mi vida valga, y puedo olvidar mi alma
sin
ser sabio, como irracional buscando gustos
o
algún momento de frenesí, oscuridad, locura,
pero
no sería el dueño de mi vida y mi destino.
¿Qué
libertad busco?, si a un ideal consagro
fuerza,
inteligencia y corazón, apasionado
por
natural, ¿cuál sería el definitivo fruto?,
siendo
locura sería el polvo, el caos y olvido,
lo
mío será ofrenda al creador y sacrificio.
Creo
acertar siendo escéptico, pero reconozco
la
nobleza de muchos, sé que hay quién viva
una
vida verdadera, conquistando su libertad
agradeciendo
al Padre Santo y honrándolo,
cerca
de Él sus amores, su pasión y sus frutos.
Usted
que es tan buena persona hermano mío,
Jesús,
carpintero, galileo por mí sacrificado,
¿por
qué no me hace un favor?, siempre confío
que
me tiene en cuenta, por eso insisto ahora:
“¿será
posible que me saque de miseria y dudas?”
Es
en este barro que pones tu fuerza, ¡oh, riqueza!,
mas
por tu natural vas a las alturas y debo seguirte,
sin
dudas aunque me canse, sin temor ante el mal,
guerrero
buscando paz y testigo del don y milagro
con
que salvas, ¿cierto que voy por buen camino?.
Si
me tienes misericordia, Jesús, esto quedó así,
tú
enriqueciéndome con tu palabra, amparándome
y
haciéndome fuerte, amoroso y tierno como tú,
tu
consagrado ¡tan fácil de querer como al cielo!
mientras
yo agradezco lo que es mi pasión y vida.
Ya mismo es mejor
Recojamos
bendiciones como gente inteligente
que
ve la Misericordia Divina y aprovecha,
con
el Señor solo una cosa podemos, el amor
y
sin condiciones como los reyes del mundo,
el
milagro que está ocurriendo no nos cobra.
Para
que sea cierto lo del milagro abro los ojos
y
agradezco, con Jesús no se complica nada
por
lo que puedo andar tranquilo, que lo digan
los
que blasfeman su Nombre no pudiéndome,
que
lo digan mientras nos burlamos y reímos.
Me
parece querido amigo, tú, Jesús, mi hermano,
que
nos metimos en un problemita, parecen levitar
de
la ira porque nada cambia con sus acechanzas,
nunca
están quietos y todo esfuerzo es estéril,
¿serán
capaces de dudar después de tanto error?.
Algún
día acabará la guerra, algún día lo único
que
se oiga será nuestra alabanza y adoración,
ya
la risa será la del olvido y el amor, la caída
del
lobo feroz, no le vuelven a comer cuento
porque
nadie olvida su blasfemia y violencia.
Siempre
hay un momento adecuado para todo,
en
este momento el sacrificio sin preocupación,
como
sabios, como gente que sabe lo que hace
asumiendo
las consecuencias de ser rebeldes,
y
sabiendo que Jesús no nos deja nunca solos.
Quedo
a su disposición Señor, aquí me tienes
y
no cambio tan bella suerte, sacrifico lo que sea
para
que sea mi destino lo que has prometido,
todo
como tu decidas para no equivocarnos,
todo
perfecto en ese momento final que espero.
Estoy velando
No
podemos dejar de movernos, hasta el final
aunque
el extravío enajene y creamos llegar,
sin
aullidos de lobo llamando a los muertos,
sin
oídos diabólicos, sin que la risa se aleje,
tendremos
el banquete nupcial del cordero.
Mientras
esto sucede será mejor acercarnos
a
refugio seguro, el Sagrado Corazón de Jesús
está
con nosotros y es dulce penar, los años
necesarios
para recibir sus promesas, vida
que
anhelo y logro construyendo mi mundo.
De
mis sueños e ideas nada interesa, es Jesús
si
encuentran algo que valga, no es por humilde,
es
ridículo presumir sin tener con qué responder
y
en mi caso no me arriesgo, mejor ya mismo
siembro
y cultivo, que él fructifique o nada.
Una
palabra al comienzo y la ciencia después,
con
cada renuncia, en todas mis luchas, libre
porque
entiendo gracias a Dios, serán caminos
a
los que no se retorna y la muerte que no logra
parecerse
un poco, es regalo del Padre, su amor.
Esto
que tengo pertenece al Señor, Él me entrega
la
gracia del Padre, más que amigo es hermano
y
no reprocha que el barro se acerque a su amor,
por
todos sus dones, por su presencia y mieles,
puedo
decir que voy al descanso, fuerte y feliz.
Esta
frontera de luz sostengo, que aúlle Satán
si
intenta invadirme y ganar mi confianza,
no
le prestó mi cuerpo, no digo blasfemias,
todo
es búsqueda de mi encuentro con Dios
y
con Él lo logro, a Él confío mi ser y futuro.
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