viernes, 7 de marzo de 2014

La falsa vida de Reinaldo Contreras (Parte 1)


Así, empezó a tomar mayor aversión al pequeño.
                                       Lo odiaba en silencio, al igual que a la casa que habitaba.
                     Ella observaba el cuadro con desdén, diciendo para sus adentros   “Ah, cuánto os odié desde siempre, tanto como odio a vuestro maldito hijo”.
                              Sin embargo tuvo buen cuidado de no mostrar sus sentimientos.

                                                                                                                   (Anónimo)

Me despido
No está presente,
solo un sueño
esperando noches,
negras noches asesinas,
una palabra que no quiere,
era lo que quería
pero vienen pensamientos,
huyendo vienen
y matan un grito dolorido.

Mejor marcha en otro pueblo
y que nuevos gritos
sean la noche y castigo,
mejor dice otra bandera,
mejor sueños sin frontera
y que nadie vea la cara
del que riendo huye,
ahí les deja el frío
y caídos sueños muertos.

Patria era
¿Será cierto?, los amigos
con espadas invisibles
en la esquina enfiestada,
y una silenciosa sonrisa
que no quiere, era suya
con el humo y el fuego,
pero ellos no estaban,
¿será cierto?, una mancha
en la sonrisa y muerte.

Despedido sin armas
ya no cree en la noche
de humo y silencios,
¡cómo surgen sepulcros
secretos y cementerios!,
si pudiera estar lejos
con parias navegando,
se desliza en la sombra
que con miedo encadena.

Sombras ajenas que sonríen
Años que cayeron, grises
se marchitan en el suelo
como pétalos de margarita,
alguna pista sin sentido,
no piden ni escuchan huidas
pero garras monstruosas
desgarran carne agitada,
nadie vió los incendios
y nadie acusa pero matan.

Del jardín de sus caricias
llegan aromas secretos,
los maldice, era buena
esquina con humo y sueño,
hasta la tarde de los llantos
que parió silencios, zumba
una flor desconocida,
se pudre en la fría calle,
muerte y traición vigilando.

Pertenencia del silencio
En los charcos una sombra,
de ratas una turba loca
temerosa avisa su terror,
son demonios persiguiendo
al silencio del rincón rencoroso,
con blanco y negro un color
avaro en la boca oscura y sucia,
sangre delatora ¿será su tumba
el hogar inmundo del peatón?.

A cavar una senda absurda,
se perdió el bicho herido
con los humos de su cueva,
como ángel sin su vuelo,
como gorilita sin ejército,
como labriego que se entierra
porque no aguanta terrores
y flota alejado de las ratas,
de demonios y puñales rojos.

La tumba abierta
Guerra. Silencio. Otra sangre
en carrera loca, más horror
que no mira, lejanos jardines
con sus flores y sus hembras,
lejana muerte y cercana
con puñales descubiertos
y gran tristeza, en cartas
que no llegan, que niegan
ratas, ausencia y amargura.

Fuertes emociones y pasajeras,
dolor, miel, cansancio y frío,
podría sembrarse el maíz
que los abuelos guardaban,
y podría embriagarse un niño
que solitario llora aventuras,
podría pero puede más el miedo
y se espían sombras, sangre negra
que beben las ratas en los charcos.

Tal vez un accidente
Buena esa casa, ese jardín
que no quiere, esos juegos
y la muerte se acerca, sombrío
en sus muchas fugas espía
los sonidos, sombras y perfumes,
en sus honduras calla el grito
que se queda en los bares
de algún puerto, verdadero
y perdido cementerio de sueños.

Mejor la botella y salir corriendo,
que no despidan una rata fugitiva,
que no se rían si se moja histérico,
que sean otros los festejos
y nunca sepan si tuvo tumba,
tal vez ratas con sus heces
lo hagan portador de pestes,
y maldigan sin saber venganza
los que mate su odio loco.

La muerte vieja
Dibujos en arena, llega el agua
y no recuerda el loco aventurero
qué vida la que cuida, sin amor
una calle con charcos y ratas
es fuerte y no borra, vencería
demonios, vencería el silencio
con sueños putrefactos, exhala
pesares de cloaca, sucio brinda
jurando muertes y laureles.

Parece un mal chiste la vida
proponiendo mentiras, no lo haría
pero un borracho no se da cuenta
que esas cosas no se dicen,
los muertos vuelven de la tumba
cuando hay quién llore riendo,
las ratas se acercan y devoran,
los magos mienten con paticas
y no hay alas de improviso.

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