viernes, 7 de marzo de 2014

La falsa vida de Reinaldo Contreras (Parte 4)



Banquete inmundo
Lo mejor en la mesa fue un lechón,
relleno de cosas ricas y humeante
como paila del infierno, comensales
sin cultura, rebosando vino barato,
gritando crímenes fantásticos, risa
histérica y violencia de víbora, suave
su amenaza, gratis la sucia mano,
era todo relajo sin protesta, fácil
como muerte entrando al infierno.

Una línea para los peores, jetón
entre esos locos el fugitivo, matón
disculpado insultando, y afuera rezos,
¡pobres corderitos cuando los cojan¡,
y los pastores obligados a rociarlos,
protegidos sin doctrina ni sermón
quedan crímenes, sin que les entre
verdad sencilla como es la virtud,
no importa pero insisten con furor.

A todos invitaron
Alegres sombras pero mienten
risa y vómito, esquina ensuciada
con silencio devolviendo ofensas,
apestosos, irracionales, cínicos
sin amonestación siquiera, ¿habrá
quién ose oponerse sin matar?,
seguro muere o imbécil  se suma
a la fiesta con cobarde mentira,
sabrá a lo que botan tales cerdos.

Guerra es la palabra que prefieren
los ofendidos, pero dicen venganza
los malditos y se callan todos,
ni un alma en las calles, ratas
y perros acompañan al grupito,
comiendo lo que dejan botado,
se emborrachan así y el pueblo
parece infierno, ¿qué tal si algún
cordero enloquece y sale a matar?

Me quedo sin apetito
Sobran quejas de un antro insano,
agrede si no se meten en la fiesta,
como amos de la noche y del vicio
pregonan su ley de sacrificio y mal,
con ojos de burla inmunda callan
su complejo de inferioridad, culpa
que comprenden ante el que suda
por un jornal o que paga, airados
frente al enemigo que escogieron.

Era peor construir para animales
sin sentido, no se les dice nada
y piden más, ¡qué sangre deliciosa!,
limpia, nutritiva y mansa, ¿por qué
se indigestan si son moderados,
será vino o cocinero borracho?,
uno no puede afirmarlo, ¿sería uno
de los corderos que por desespero
se envenenó y les dio de comer?

Les dicen comida
Cree al caer que es feliz, ¡pobre
niño de oración y esperanzas
que disfrazó cobardía con miel!
para que digan que ganó el cielo,
que el infierno asusta y se le daña
la digestión, ¿pensaría alguna vez
que era culpable por no defender
el don de su dios?, tal vez tenía
uno a su gusto para nada, imbécil.

No me advierta que ya sé muy bien
qué es vivir sin ley ni orden, no hay
o se desconoce, pero no me dejo
y algo haré, ¿tal vez mi vida aparte
sin crimen ni imbéciles?, no confiar
en prédicas de paz que me exponen
a los apetitos del animal, estupidez
en esas caras y gestos, ojos grises
de nacidos para morir sin lucha.

Dicen otras cosas
La frontera santa han negado
como si aburriera, fiesta de locos
con el enemigo que ya se va,
porque le vieron cara y modales,
y no se sabe su destino, recorre
países a su antojo devorando,
su tufo lo delata, hay rebeldes
más otros que feroces oponen
capricho y cobardía, ¿me aíslo?.

Este mundo en que bestias moran
en cualquier camino, con violencia
y festejos como amos de la noche,
no se puede disfrutar, será privado
el reír y amar, regla que reprochan
y acabó conversación, la decente
porque blasfemia se alborota,
¡ay, del que niegue tanto mal!
y en el bar remedie desazón.

Sin ayuno los pescaron
De confines desconocidos, arcano
gemido en sombras, un templito
con cosas seudoartísticas, ritos
nutridos con locos cuentos bobos,
en fin, esas cosas que se inventa
un degenerado para engañar,
y fueron malos pero buenos, ¡oh!,
si lo dicen en serio no hay motivo
para risa, pero no se puede evitar.

Todos por los suelos, ¡qué tiemblen
rebaño y pueblo!, el pastor hablará
con voz cavernosa y ropaje exótico,
sin respuestas imprevistas, ¡pobres
gentes!, se refugiaron temerosos
en la despensa del ridículo ladrón
sin entender, ¿habrá quién cuide
rebaño y estupidez?, los comerá
si logra matar al guía que los dañó.

Era trampa para otros
En negocios como en placeres
las bestias no piensan mucho,
y se enfrascan en discusiones
que enredan la piola a tontos
y vagos en cosas del pensar,
porque es falso que entiende
el guía y los demás se arrastran,
un dios que asusta es débil y tontos
los consumidos desde la sombra.

Quedan todos enterados de usos
criminales, sirven a su verdugo
que los alienta con tufo inmundo
y se aíra  para que coman cuento,
lo de siempre variando el lenguaje,
y se desespera el maldito, oculto,
porque con el tiempo no resisten
sus mentiras y violencia, ¿invoca
los dioses de su vil enseñanza?

Supongo fiesta de amarguras
En la era de todos son hermanos
cayó un rey con su cuento y todo,
como no se salvó el cuento, un sabio
lo volvió a inventar, cómo serían
de estúpidos que era igual en todo
y en el fondo todo siguió igual,
ya no andaron el camino dictado,
sin mucho problema se zafaron
pero los cazaron así no más.

Una vez que haya verdad colectiva,
que las sombras caigan al abismo
azuzarán los esbirros más violentos,
en antros de vicio caen, y se burlarán,
pero tendrán ración de cinismo mayor
que la que hoy disfrutan, arrodillados
verán todos los demonios y males,
como parte extra de una película

en que solo débiles y brutos caen.

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