Foro semana 1 Curso 336472 del SENA-
Servicios e implementación de un ERP
Servicios e implementación de un ERP
¿Cómo puede ser evitada la resistencia al cambio del recurso humano al implementar un sistema de recursos empresariales (ERP)?
Presiones para el cambio
Tanto en las sociedades avanzadas,
industrializadas, como en los países en desarrollo suceden cambios que provocan
repercusiones significativas sobre las organizaciones. Muchas organizaciones
tuvieron que llevar a cabo una reorientación radical, en ocasiones completa, en
relación con la forma en que realizan negocios.
De la sorprendente variedad de
presiones para el cambio que enfrentan las organizaciones, tres importantes:
1)
Globalización:
Las organizaciones se
enfrentan a una competencia global. El surgimiento de estas organizaciones
globales, crea presiones sobre las compañías nacionales a fin de rediseñar, y a
su vez, internacionalizar las operaciones. Ahora existen mercados globales para
la mayor parte de los productos, pero para lograr competir con eficacia las
empresas suelen transformar cultura, estructura y operaciones.
2)
Tecnología
de la información y computadoras: Para hacer frente a la competencia internacional hace falta
flexibilidad, que con frecuencia no poseen las organizaciones tradicionales.
Pero la revolución en la tecnología de la información permite a muchas
organizaciones desarrollar la flexibilidad necesaria. La tecnología de la
información comprende redes complejos de computadoras, sistemas de
telecomunicaciones y mecanismos a control remoto, la tecnología de la
información ejerce una influencia profunda sobre las operaciones
organizacionales, las relaciones interpersonales, las relaciones de poder, el
desarrollo de mercados y la puesta en práctica de estrategias.
3)
Naturaleza
cambiante de la fuerza laboral: Las organizaciones deben atraer empleados en un mercado
laboral cambiante. El mercado del trabajo se vuelve más diverso en términos de
género y procedencia étnica. Por lo tanto, las presiones por oportunidades iguales
en las prácticas de contratación y en las decisiones de ascensos se mantendrán
por algún tiempo en el futuro. Otras tendencias aumentan el reto para las
organizaciones. La fuerza de trabajo eventual incluye trabajadores de medio
tiempo, trabajadores por cuenta propia subcontratista y profesionales
independientes contratados por compañías para hacer frente a retos inesperados
o temporales. La fuerza de trabajo está cada vez mejor educada, menos
sindicalizada y se caracteriza por valores y aspiraciones cambiantes.
Resistencia Al Cambio
La primavera
silenciosamente ha realizado su debut dejando atrás las frías brisas del
invierno. Recordándonos una vez más la simple lección que nos da naturaleza
acerca del cambio y el crecimiento. Algunas personas reciben felizmente el
cambio de estaciones, mientras otras se resisten a él. Aquellos que resisten el
cambio de estaciones tienen grandes dificultades con las enfermedades
estacionarias. Todos nosotros sabemos que no podemos frenar el cambio de
estaciones, pero si podemos sobrellevar nuestra relación con el cambio en sí
mismo. Es posible superar la resistencia al cambio.
La introducción de
cambios provoca al comienzo resistencias a menudo considerables. Ello se
produce cuando se trata de modificar ciertos hábitos cotidianos (de orden
horario o alimentario, por ejemplo), o de promover nuevos métodos de trabajo o
de organización. La transición resulta ser siempre difícil.
¿A qué se debe ese
fenómeno muy general de resistencia al cambio? ¿Cómo superarlo? Estas preguntas
adquieren relevancia en una época caracterizada por una aceleración del cambio
en todos los dominios y sectores sociales. Nuestra vida cotidiana es regida por
un conjunto de costumbres, hábitos y modelos que afectan tanto a la forma de
alimentarse y vestirse, como a la de trabajar o aún establecer relaciones con
los demás.
La resistencia vista como
preservadora de la estabilidad y la vida del sistema.
Bajo este último enfoque, cambio y resistencia, ambos, juegan un papel decisivo e importante en el funcionamiento saludable de un sistema. La resistencia no representa simplemente a las fuerzas restrictivas que tratan de detener el cambio, y a las cuales hay que vencer. Por el contrario, constituyen mecanismos regulatorios esenciales integrados a la dinámica de funcionamiento de todo sistema natural o social. Esta manera de concebir las resistencias asociadas al cambio está enmarcada dentro de un enfoque sistémico de las organizaciones, que reconoce la resistencia como un elemento intrínseco a todo proceso de cambio, y propone una consideración más de alianza con la resistencia que de combate frontal contra ella.
Bajo este último enfoque, cambio y resistencia, ambos, juegan un papel decisivo e importante en el funcionamiento saludable de un sistema. La resistencia no representa simplemente a las fuerzas restrictivas que tratan de detener el cambio, y a las cuales hay que vencer. Por el contrario, constituyen mecanismos regulatorios esenciales integrados a la dinámica de funcionamiento de todo sistema natural o social. Esta manera de concebir las resistencias asociadas al cambio está enmarcada dentro de un enfoque sistémico de las organizaciones, que reconoce la resistencia como un elemento intrínseco a todo proceso de cambio, y propone una consideración más de alianza con la resistencia que de combate frontal contra ella.
En este sentido dice José Vicente Losada: “Un enfoque menos confrontativo para
el manejo de la resistencia empezaría por reconocer la resistencia, comprender
sus raíces o causas, "escuchar" los mensajes que emite y apreciarla
como una oportunidad de retroalimentación útil y de valioso aprendizaje para el
proceso mismo de cambio”. Este es un proceso, en un lenguaje prestado a la gestalt,
más de “navegar la resistencia” que de confrontarla; vale decir, aprovechar su
propia energía y curso de acción, como en el judo, a favor del crecimiento y la
transformación.
Esta concepción de la
resistencia supone un enfoque más biológico que mecanicista, una visión más
tomada de la mano con la ecología propia de los sistemas, e implica una
comprensión de cómo opera todo sistema. Cuando los sistemas envejecen o se
estancan, las fuerzas impulsoras del crecimiento presionan para producir el
cambio y relanzar el sistema; pero en ese mismo momento alguna forma de
resistencia opera naturalmente para buscar el balance, manteniendo así la
continuidad, estabilidad e integridad del sistema, evitando que éste se
precipite a situaciones potencialmente peligrosas y dañinas. De esta forma las
resistencias cuidan la vida del sistema. La resistencia busca proteger el
sistema. Como lo expresa H.B. Karp: “La resistencia impide lastimarse”.
El cambio se relaciona con la necesidad de crecimiento, y la resistencia
con la necesidad de regulación.
El cambio está asociado a la
necesidad de crecimiento de todo sistema (organismo, empresa, sociedad, etc.).
Dice Manuel Barroso: “La necesidad de cambio es la necesidad del crecimiento”.
La opción de cambio no es un problema con el que hay que lidiar, sino una
oportunidad para el crecimiento, la renovación y la supervivencia de las
personas u organizaciones. Agrega el propio Manuel Barroso: “Las empresas como
las personas tienen sus procesos y cuando estos se impasan, entran en la parálisis
que no es más que la necesidad de reflexionar, tomar conciencia y dar un salto
cuántico para colocarse en mejor posición. Los problemas no son más que la
oportunidad para hacerlo”. Los problemas son una oportunidad para el
crecimiento, vale decir, para el cambio. Los problemas son la evidencia de que
algo necesita cambiar.
Ahora, los sistemas tienen sus
propios mecanismos y ciclos para crear crecimiento y expansión, aunque estos
procesos no fluyen libres de obstáculos y restricciones. Es como el mecanismo
homeostático del cuerpo humano, o el equilibrio con que operan los ecosistemas
naturales, o los propios mecanismos de balance con que una sociedad garantiza
tanto su progreso como su estabilidad. Junto con la necesidad de crecer está
también la necesidad de regulación y protección. Esto es válido tanto para los
sistemas naturales como los sociales. Al respecto dice Peter Senge:
“El crecimiento en todos los
sistemas naturales ocurre mediante la interacción entre procesos de refuerzo y
procesos limitantes. En la naturaleza el poder de los límites determina la
extensión hasta donde el crecimiento sigue la vía de aceleración. En el cambio
organizacional el poder de los límites determina, análogamente, la extensión
hasta la cual crecen los proyectos pilotos para lograr un impacto
significativo”.
Manteniendo el equilibrio entre necesidad de cambio
y resistencia.
La cultura actual presenta al
cambio y a la resistencia como dos fenómenos incompatibles y sin posibilidad de
negociación entre ambos; pero la resistencia no es el enemigo a vencer, ni la
piedra de tranca que detiene el progreso. Cambio y resistencia son dos caras de
la misma moneda. La resistencia al cambio es inherente al mismo; forma parte de
su dinámica de funcionamiento. Son dos procesos que coexisten. Todo cambio
presenta en un extremo fuerzas impulsoras de él, y en el otro extremo están las
fuerzas restrictivas del cambio. Tan importante es investigar y comprender el
origen y la dinámica de las fuerzas impulsoras, como el origen y la dinámica de
las fuerzas restrictivas del cambio.
La resistencia como la necesidad de cambio es intrínseca a todo sistema. Del
adecuado balance entre ambas fuerzas o tensiones depende la salud, crecimiento
y preservación de cualquier sistema. Demasiado ímpetu, riesgo, empuje,
necesidad de logros y expansión puede destruir o lastimar seriamente al
sistema; esta actitud en exceso se puede comparar a un suicidio. Pero demasiada
oposición, restricción, prudencia o necesidad de estatus quo asesina toda
posibilidad de cambio, y con ello la posibilidad real de crecer y aprender;
esta actitud en exceso se puede comparar a la muerte en vida. La solución
óptima está en la integración de ambas fuerzas asociadas al cambio en forma
equilibrada. Para que el cambio se convierta en un factor de éxito
(crecimiento, aprendizaje), es necesario que ambas fuerzas interactúen, entren
en conflicto y luego logren integrarse.
Por un lado los sistemas
necesitan abrirse al cambio, que no es más que la necesidad del crecimiento,
que es promovido por fuerzas impulsoras; y por otro lado, existen fuerzas
restrictivas y retos que impiden y limitan el cambio, que no es más que la
necesidad de estabilidad y preservación. Estas dos fuerzas o procesos:
crecimiento y restricción, requieren moverse acompasados; esa es la necesaria
“danza del cambio” de que habla Peter Senge, y que las organizaciones necesitan
experimentar, si desean gestionar eficazmente el cambio. Esa es la manera como
la naturaleza se comporta. El biólogo Humberto Maturana lo expresa
elocuentemente: “Todo movimiento está siendo inhibido a medida que ocurre”.
Como gestores del cambio, los líderes pueden obviar esta ley de la naturaleza y
luchar contra ella, o estar conscientes de su existencia y trabajar con ella.
Esto supone una visión sistémica del cambio.
La resistencia como ventaja
organizacional
El que la organización escuche, atienda, trabaje y se enfoque en los aspectos
positivos y no tanto en los negativos de la resistencia (carencias personales,
mecanismos de evitación, etc.) genera importantes beneficios para la gestión
efectiva del cambio, entre los cuales podemos mencionar, según H.B. Karp:
·
La resistencia diferencia el talento. La gente se resiste a situaciones o actividades
que no están alineadas con sus talentos naturales. “Se resiste a desafíos y
cambios que es muy probable que terminen en fracasos personales” (H.B. Karp).
La resistencia de la gente hacia una actividad, debe llevar al líder a
investigar que preferirían hacer esas personas. Esa preferencia muy
probablemente estaría relacionada con las áreas de fortaleza de las personas.
·
La resistencia aumenta la conciencia de sí mismo. ¿Cuándo las personas están más conscientes de sí
mismas? Cuando tienen que enfrentar un desafío fuerte o tomar una decisión
difícil. La resistencia es una fuente de reflexión importante para las fuerzas
impulsoras del cambio, lo cual expande su capacidad de darse cuenta del
contexto e implicaciones de proceso de cambio; a la vez que nos habla de qué
cosas son importantes para las personas que se resisten, vale decir, que cosas
valoran. Comenta H.B. Karp, “Cuando los individuos se resisten al cambio que
usted desea implementar, le están transmitiendo mensajes claros, respecto a
quiénes son y qué es importante para ellos. Si usted escucha, podrá identificar
y trabajar con los temas que les preocupa”.
·
La resistencia cuida nuestra efectividad. Las personas necesitan experimentar tanto
crecimiento como desafíos. La necesidad de crecimiento es inherente a la vida
misma. Anhelamos los resultados positivos y los logros. Las personas también
experimentan las necesidades de desafíos, pues éstos les hace estirarse y
descubrir sus potencialidades. De modo que las personas evitan - se resisten –
tanto a fracasar como a tener éxito. Al respecto comenta H.B. Karp: “La mayoría
de los individuos aceptarían menos desafíos que sean riesgosos pero que tengan
una razonable probabilidad de éxito”. Y agrega el mencionado autor: “Como líder
del cambio, cuando sus empleados se están resistiendo a un cambio, lo acertado
será pensar que no están intentando bloquearlo o crear problemas, sino
simplemente protegiendo su propia efectividad”.
·
La resistencia proporciona nueva información. La resistencia indica una forma diferente de ver
los procesos; la resistencia aporta nuevas perspectivas. Comprender la
resistencia, escucharla es una valiosa oportunidad de obtener información -
retroalimentación y aprendizajes valiosos para el proceso de cambio.
·
La resistencia produce energía. Dice H.B. Karp: “Una fuente de esta energía es la
búsqueda activa de la organización tras sus metas y objetivos; una segunda
fuente es el sentido del humor de la organización; y la tercera fuente, las más
profunda, es cuan abierta y directamente la organización acepta y trabaja con
el conflicto y la resistencia”. La energía humana es indispensable para mover a
la organización y mantenerla dinámica. La tensión creativa, el roce natural e
inevitable, que se crea entre la necesidad de cambio (crecimiento) y la
necesidad de protección, si es aprovechado constructivamente, es una fuente
inagotable de energía que moviliza permanentemente a la organización.
¿Cómo reacciona usted ante las
resistencias a procesos de cambio que percibe en su equipo de trabajo? ¿Como
líder cuál estrategia utiliza para gestionar la resistencia: navegarla (danzar
acompasadamente, practicar judo con ella, explorarla, reconocer su legítimo
derecho a existir y expresarse), o tratar de vencerla (romperla, bloquearla,
evitarla, minimizarla)?
Los líderes pueden propiciar un ambiente donde la gente pueda manifestar la
resistencia en forma de conflictos funcionales, o desacuerdos donde ambas
fuerzas, impulsoras y restrictivas, interactúen, generen energía a través de la
tensión creativa, y se integren. O pueden sumergir - dejar enterrada - la
resistencia, con el consiguiente resentimiento que esto crea, y desperdiciar
una fuente valiosa de retroalimentación, aprendizaje organizacional y energía movilizadora.
La resistencia forma parte integral del funcionamiento de todo sistema (familia, empresa, sociedad). Está en la naturaleza de los sistemas y en su dinámica de funcionamiento, el tratar de protegerse y preservarse.
La resistencia forma parte integral del funcionamiento de todo sistema (familia, empresa, sociedad). Está en la naturaleza de los sistemas y en su dinámica de funcionamiento, el tratar de protegerse y preservarse.
Dejando a un lado los calificativos morales y juicios valorativos sobre los que
se “resisten”, necesitamos entender que la resistencia es un proceso natural y
común que todos necesitamos concienciar. Dice H. B. Karp: “Hasta que usted no
entienda su propia resistencia al cambio y la acepte como algo natural y
apropiado, no va a aceptar la resistencia de los demás”.
La resistencia no es un enemigo sino un aliado estratégico, útil y necesario.
La resistencia puede ser vista como una oportunidad de aprendizaje para la
transformación y el cambio organizacional. “La resistencia al cambio no se
vence: se trabaja, se diluye con diálogo comprometido y sincero” (Hafen).
¿Cómo enfrentar la
resistencia al cambio?
La palabra cambio se refiere a
cualquier situación en donde se dejan determinadas estructuras, procedimientos,
comportamientos, etc. para adquirir otras, que permitan la adaptación al
contexto en el cual se encuentra el sistema u organización y así lograr una
estabilidad que facilite la eficacia y efectividad en la ejecución de acciones.
Antes de comunicar un cambio dentro de la organización, se deben de analizar
cuidadosamente los factores en los que puede afectar al personal interno, tanto
en el presente como en el futuro. Es aquí donde entra el concepto de cultura
organizacional, para entender esto, se plantea el esquema de las 4 dimensiones
de las culturas organizacionales exitosas que se indica a continuación:
1. Visión: Es la meta que define lo que se hace y lo que no se hace en
la organización y dicta hacia dónde va la empresa. Es importante que todos los
integrantes de una empresa conozcan la visión de la misma.
2. Consistencia: Se refiere al conjunto de normas, reglas,
procedimientos y rituales que definen la forma particular o el estilo en que la
organización responde a situaciones internas. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que la consistencia exagerada de normas y reglas se puede convertir en
burocracia, es decir cuando ya no agrega valor a la organización.
3. Participación: Es una medida de la facilidad con la que la
información y las ideas fluyen a través de la organización, aunque a veces una
empresa no puede implementar todas las ideas de sus miembros, debe de existir
el ambiente y la libertad que incite la participación creativa y eficiente.
4. Adaptabilidad: Es la agilidad con la que la organización responde a
sus clientes externos y su disposición al cambio, es una medida de la
flexibilidad de la empresa.
Cuando una organización tiene una alta participación y una alta adaptabilidad, se dice que tiene una cultura flexible y con disposición al cambio.
Cuando una organización tiene una alta participación y una alta adaptabilidad, se dice que tiene una cultura flexible y con disposición al cambio.
Otra teoría para disminuir la resistencia al cambio, consiste en el análisis de
la situación y de las razones que provocan tales fuerzas restrictivas. Algunas
actitudes a considerar para enfrentar la resistencia son:
- Escuchar las expresiones de
resistencia y manifestar empatía
- Generar información sobre
hechos, necesidades, objetivos y efectos del cambio
- Ajustar el modo de
implantación del cambio a las características de la organización
- Reducir incertidumbre e
inseguridad
- Buscar apoyos que fomenten
la credibilidad, No combatir la resistencia, es sólo un síntoma, hay que
buscar la raíz
- No imponer el cambio
- Hacer un cambio
participativo
- Establecer el diálogo e
intercambiar y confrontar percepciones y opiniones
- Plantear problemas, no
soluciones unilaterales
- Realizar cambios
continuamente, aun cuando sean pequeños
- Crear un compromiso común
- Plantear el costo-beneficio
del cambio
Como conclusión se puede decir
que para lograr un cambio exitoso, los 4 factores de la cultura organizacional
deben de estar muy fuertes, las estrategias para el cambio, que se propongan
deberán de orientarse a lograr el mejor balance entre estas 4 dimensiones.
Además se recomienda tomar en
cuenta que la resistencia al cambio no se da por capricho necesariamente, sino
como un proceso natural de reacción ante lo que se percibe como una amenaza de
probable pérdida o desajuste, de tal forma que se debe de lograr un exitoso
proceso del cambio orientado hacia la efectividad y salud organizacional
deseada.
Cómo vencer la Resistencia al Cambio
Para vencer la resistencia al cambio pueden utilizarse las
siguientes seis tácticas como agentes de cambio:
1)
Educación y Comunicación: La sensibilización al cambio a
través de capacitar a la gente y comunicarse con ellos abiertamente, puede
ayudarles a ver la lógica del cambio y a ganar confianza mutua y credibilidad.
La comunicación eficaz reduce los chismes y temores infundados. Es necesario
que quienes lleven a cabo el cambio construyan una clara visión de hacia donde
necesita ir el equipo en pos de sobrevivir y ser exitoso, y a la vez
compartirla y transmitir porqué el equipo debe tomar esa dirección. Al darles a
los integrantes del equipo toda la información posible y al proveerlos de
alternativas para que cada uno pueda elegir su destino, se les permitirá
acostumbrarse gradualmente a los cambios y podrán darse cuenta de que pueden
sobrevivir en un ambiente cambiante.
2)
Participación: Existen evidencias de que una de las mejores formas, de
ayudar a implementar un cambio es hacer que el sistema afectado participe
directamente en el proceso de toma de decisiones. Entre más participe el
sistema en las decisiones que se toman sobre cómo manejar el cambio, menos
resistencia hay y más estable puede ser el cambio. Es difícil que la gente se
resista si ha participado desde los orígenes de las transformaciones.
3)
Facilitación y apoyo: Los agentes de cambio pueden ofrecer
una amplia gama de esfuerzos de apoyo. El temor y la ansiedad disminuyen cuando
la gente obtiene beneficios inmediatos. La desventaja de esta táctica es que es
costosa y no se tiene la garantía de éxito. Cuando los afectados sienten que
los que dirigen el cambio están interesados en sus preocupaciones, se hallarán
mas dispuestos a brindar información que ayudará en forma conjunta a superar
las barreras del cambio.
4)
Manipulación y Cooptación: La manipulación se refiere a
intentos disimulados de obtener influencia, proporcionando información
falseada. La cooptación es una forma tanto de manipulación como de
participación. Se intenta sobornar a los líderes de un grupo de resistencia,
dándoles un papel principal en la decisión del cambio. Estas maniobras son
arriesgadas y comprometen la credibilidad.
5)
Negociación: Se intercambia algo de valor a cambio de la disminución de
resistencia. En esta negociación el riesgo es caer en el chantaje, lo cual
sería negativo para el que quiere llevar a cabo el cambio, al ser mal
interpretados sus esfuerzos.
6)
Coerción: La aplicación de amenazas, de castigos o la fuerza directa
del poder sobre las personas que se resisten al cambio. Esta es quizá la más
riesgosa de las estrategias, ya que sus resultados son generalmente negativos,
endureciendo la resistencia y creando una sensación de resentimiento en los
afectados al cambio aún más contraproducentes que la resistencia original.
Condiciones que
disminuyen la resistencia al cambio en los equipos
Podemos apreciar que la creación de ciertas condiciones en
los equipos puede colaborar en la disminución de la resistencia dentro de los
mismos, estas son:
- Los miembros del equipo tienden a cambiar cuando han participado en la decisión del cambio.
- Apoyan el cambio cuando participan en la planificación.
- Los integrantes cambiarán sus actitudes al estar convencidos de que las recompensas excederán al dolor del cambio.
- Si el ambiente en el cual el grupo desempeña sus actividades se encuentra libre de amenazas, es probable que la resistencia disminuya.
- Si los miembros del equipo tienen aptitudes, conocimientos y destrezas para el cambio, existirá poca resistencia.
- Las personas tienden al cambio si confían en los motivos de quienes las inducen a él.
- La resistencia al cambio será menor si los integrantes son capaces de influirse recíprocamente a favor del cambio.
- Cambiarán en forma gradual en función a la percepción del éxito.
Fuentes:
www.degerencia.com/articulo/gestionando-la
resistencia-al-cambio
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