lunes, 20 de enero de 2014

Que sepan si es lo que quieren (Parte 2)


Tengo que hacer algo distinto
Se alejaron esos años en que el sol era un sueño,
algo que se cree pero no más, en algún lugar brilla
y no queda otro camino que avanzar confiando,
pero ¿la fuerza para lograrlo, para no caer y reír?,
si digo que el amor, entenderán mal, ven su negocio.

Fueron muchos rostros los que pasaron a mi lado,
muchas veces sonreían promesas, paraísos y paz
que hoy se esfumaron, ¿sería que no los cuidé,
sería que su llama se apagó con mi indiferencia?,
tal vez, pero solo recuerdo interés sin nombre;

era mejor así, cada cual en su mundo y sueños
como viviendo solos entre sombras y muerte,
pero por fe buscamos y yo la cultivo, la levanto
para que sepan dónde quiero llegar, saben qué hago
y si me esperan allí, nos encontramos y compartimos.

Pero es distinto lo oído al que comercia con amor,
con su amargura, muy debajo de mi mundo, gimen
y una carcajada para ocultarse, reclaman la felicidad,
repartir mi pan y mi vino, que los premien por nada
y que se repita en mi familia el mea culpa maldito.

Si fuera necesario decir algo para que despierten,
si no pueden moverse por sus escasas fuerzas
tendría que darles una estrella, pero no una real
que solo a ratos aparece y como referencia,
porque el camino les pertenece, o el extravío.

El que canta es un testigo
Digo que me gusta ir al campo porque es cierto,
y me gusta lo que veo, también canto y es amor
lo que oirían, pero no olvido mi patria, la siento
de una manera tan dolorosa que vuelvo y canto,
pero oyen denuncia, protesta y rebeldía, me huyen.

¿Por qué será que a veces no saben lo que hago?,
si se acercan insinuando cantar, reptando feroces,
del amor ni hablan, ni de la patria, solo comida
dicen del campo, y les digo adiós sin burlas
que no entienden, conmigo tienen miedo.

Saqué en conclusión el hecho de la hipocresía
por ser tan sordos, por cobardía, por arrastrarse
no huyen y los marcaron, así es amargo el poema
que piden, que están lejos lo saben, se apagaron
y son bestias gruñendo, tal vez un mal momento.

Un monstruo enfurecido a lo lejos, grita que vaya
sin importarle que entendí su amenaza, cuidadoso
me fijo en que no se acerca y pienso, el amor, la vida,
lo que canto es mi alegría, ¿será que sufre el maldito?,
no traga mi canto y yo distraído me alejo, no quiero.

Tanto problema como me tocó mientras cantaba,
siempre una sola palabra, muy sencilla, se rieron
pero la trillaron y sin amor quedaron de dueños
del reino del amor, no es mío y no puedo darlo,
no lo tienen y no lo robaron, su mentira los hunde.

Lo que sea pero el amor
La que era mi razón hoy se olvidó, fueron otros
mis amigos y mis amores, otro mundo moribundo
sin la fuerza que conservo, sin esos lazos viejos
que amaba porque mis sueños se acercaban, pienso
en los que quedan al lado del camino, sin adioses.

¡Qué grande el amor que me libra de cadenas!,
como una nueva especie, como lo mejor que hay
para que sean gratos todos días con sus noches,
y me acerco al hogar con mi cansancio y pesares
pero canto, es más que mi amada con mis hijos.

Ya no veo mis pasos y las sombras, me acompañan
los que oyeron y se fueron por el mundo como son,
sin más que amor, la carga más liviana que conozco,
nos miramos, y sabemos que así es uno el camino,
la familia y la gloria que la vida nos da generosa.

No es justo que esperaran lo que así perdieron,
no me digan que no supieron, no les comento
la amarga suerte que no me ocultan con su risa,
si decimos hola es también despedida, me ocupo
en asuntos familiares, los hermanos de la luz.

Para mí que se pegaron de sus muertas ideas
y se aíran porque nunca escucho, ¿qué pasa?,
cuando iba por ahí con mi mensaje, cercano
a lo suyo, abiertos los ojos, ofrecían sus instintos
y que muriera, lo saben y sabían y me callo.

Que busquen en otra parte
La muerte me está invitando a su reino, hipócrita
me ha ofrecido muchas cosas imposibles, y se ríe
con su ciencia inexistente, con sus áridos años
de vagabunda, a mi hogar aspira, eso anda diciendo
como si todos le temblaran, sin siembra su cosecha.

Baso en el sentido común mi juicio y testimonio,
no es que crean porque dije o que así mismo amen,
no sin causa justa me quieren y me han buscado,
siendo sentenciado me tocó apelar al sentido ajeno
y la muerte con sus muecas no impidió los amores.

Como tengo memoria de lo vivido no me engañan,
es de guerra que acumulan sus trofeos, su riqueza
aborrezco, sus pasos que conozco he maldecido
para que sepan las distancias, y me aburro en ello
por eso quedo ciego ante sus quejidos y reclamos.

Hay que ser duro de corazón y cabeza, los malditos,
para tentarme con falsos juegos cortesanos, sucios
se acercaron, con mi familia miramos indiferentes
lo que es encarte, ¡qué berrinche el que no sufrimos!,
como un juego, como seres imposibles con su fiesta.

Si propongo algo dirán que sí, pero esperen digo
por si acaso son lo de siempre, no es desconfianza
sino la costumbre de mandarlos a coger mangos (*),
si algún día lo logran no me avisen, ya lo sabía
y no quiero discutir con ellos mi plan peligroso.
(*) expresión calarqueña (de Calarcá, Quindío), hablando de los mangos del parque principal cuando alguien estorba, y se sabe que es demorado pero con persistencia lo logra.

¡Hola!, ¿cuándo se van?
Me gustaría que no lo piensen más, si lo deciden
que sea para que los vean hablando, soñadores
histéricos y pesarosos, caminando como todos,
porque ¿qué harán que no se proteste en el mundo?,
como si dijeran otra vez excepción y nadie escuche.

Digamos como si habláramos por hablar, despacio
para que entiendan, que es necesario un motivo
en el mismo campo para todos y que su mundo
no interesa, con la mentira que viven no jugamos
y será problema pero en la calle es a otro precio.

Les cuento lo que me dijo un pajarito, y se fue,
dizque tengo mucho que dar y son los gerentes
más capaces, a mis amores tengo que exponer,
sacrificar el laurel heroico, morir si es preciso
y dejarlos en su misión, ¿de guerra hablaron?.

Sea como sea el asunto no necesito oír más,
pero se pueden encimar detalles de abolengo
y esas cositas que uno llama de alienígenas,
no es posible en este mundo real, no lo creo,
y no importa si me tiré todo y se quedan lejos.

Por favor, olvidé la discusión impuesta y los dejé
con los crespos hechos, no acepté sus estándares,
de origen incierto en su abolengo, rincón oscuro,
secreto de familia tal vez, su tribunal y cuartel,
pero es que me gustan otras cosas, pido otro aval.

Está bien si se callan
Que se queden donde están, amor y odio separados,
y si quiere alguien dibujar un lindero lo hará él,
aunque pidan repartir los que hay para la fiesta
no lo acepto, aunque maldigan no seré el cerdo
que venda almas con su fuerza, solo así sería.

Si hablara en este momento para que todos oigan,
me oyen mis amores y sonríen, sé que son felices
cuidando el consagrado fuego de nuestras vidas,
y alguien gruñe preguntando que por qué mi fiesta,
que con qué derecho hago algo que no mandaron.

Son tan ridículos con su prepotencia, tan pesados
que más les vale no esforzarse, sin ellos es mejor
incluso la cercana tormenta, sin cansarme por esos
que presumen pero nada hacen, que exigen todo
diciéndose en voz alta su suerte y social destino.

Una y otra vez han caído en su propia trampa
hablando del amor, lo que entienden lo leyeron
y según personales intereses piden de abusivos,
insisten será por brutos y vanidosos, tal vez zombis
asustando niños indefensos que piden una limosna.

Yo si acepto al amor y lo vivo intensamente
como mi única existencia, sin el porcentaje
que no me han impuesto, sin sombra alevosa
asustando los niños que por mí han germinado,
sin temores que tiene el mentiroso en su fosa.

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