sábado, 18 de enero de 2014

Llegó mientras yo dormía-poesía

XIV CERTAMEN INTERNACIONAL CIUDAD DE MELILLA
(Poesía)

Llegó mientras yo dormía

Llegó el cartero y no me miró,

se dijera que de lejos viene

y no es de los nuestros,

pero no huye ni es de viento,

como llama, roca y guerrero.


Yo quería hablar con alguien

sin irme de mi mundo, y sincero

dejar mis dolores con palabras

pero no me escuchan, será la muerte

que tiraniza mis pasos y alegrías.


Una estrella quiero entre todas

que se acerque como yo la busco,

aunque errante mi sueño por el cielo

no es vagabundo el dolido corazón,

ardiendo como lucero se hace sabio.


Tal vez reyes y pastores sean hermanos

pero busco al lucero que sueño y se van,

¡oh, la dicha siento y se va con ellos!,

ni tiempo tengo de empacar mis harapos

por ir con ellos, no seré aquí más un pobre.


Siempre estaremos juntos

Prefiero escuchar con silencioso corazón,

que no diga cuanta amargura atesora

con la espera de un misterio, ¿será la vida?,

tal vez lo parezca pero hay decepciones

sin que protesten los ciegos en su desvarío.


Una y otra vez lo miro, yo camino sin saber

que algún día llegaré, ángeles me esperan

y no tengo otra pista que las tradiciones

de mis abuelos, viejas costumbres, ideas

que florecen con sus benditos recuerdos.


¡Qué alegría con esa imagen del viejo feliz!,

¿será cierto lo que dijo?, si una estrella me guía

como sucedió distinto a lo que están diciendo,

a sabios y pastores que legaron su camino

y acompañan a mis abuelos, para que los siga.


Hace poco quise de aguinaldo un portátil

para ubicarme en el mundo y servir la vida,

era como hablar en el silencio pero llegó

sin más condición que mi dicha, ¿será reír

con la estrella y no estar solo nunca más?


Ojos abiertos sin el olvido

Suprimí palabras que no dicen nada,

lo dicen todo como un sueño viejo

con suspiros, amarguras ocultaron

en un poema, cielos están lejanos

y es el olvido un pan que desprecio.


Dijera mucho amando y eso basta

pero no entienden, saben distinto

el mundo con su alegre mueca,

mejor la luz con callado corazón

aquí rogando por otra Navidad.


En los campos escucho mi voz

pero ¿qué son esos dulces cantos?,

¿algún pastor llamando a su rey?,

ya me callo, me invita la vida

a su mesa con saludo de ángeles.


La forma de decirlo no olvidamos

y nos insisten, aún la mesa servida

con pastores y reyes adorando,

ya no temo que nadie entienda

porque la paz germinó en cantos.

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